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Ucrania: el dilema de Zelenskii

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por The Saker. En The Vineyard of The Saker. Traducción de Leonardo Del Grosso para Comunidad Saker Latinoamérica

[este análisis fue escrito para The Unz Review]

Las recientes elecciones al parlamento ucraniano han arrojado dos resultados de lo más interesantes:

Primero, casi todos los partidos nacionalistas no lograron que ni siquiera un representante fuera elegido para el Parlamento (los partidos de Poroshenko y Timoshenko obtuvieron algunos escaños, pero solo 25 cada uno).

En segundo lugar, por primera vez desde la independencia de la Ucrania, el presidente del país tendrá una mayoría absoluta en el Congreso.

Estos son los resultados según lo informado por la agencia de información Unian:

El partido Servidor del Pueblo, con 43.17%, sigue a la cabeza. La Plataforma de Oposición-Partido Pro Vida ocupa el segundo lugar con 13.01%, el Partido La Patria, de Yulia Tymoshenko, ocupa el tercer lugar con 8.18%, el Partido Solidaridad Europea, de Petro Poroshenko, tiene 8.11%, y el Partido Holos (Voz), de Svyatoslav Vakarchuk, tiene 5.83%. Todas los otros partidos no lograron obtener un representante en el Parlamento.

También es interesante el puntaje del partido “Plataforma de Oposición-Pro Vida” (Rabinovich, Boyko, Medvedchuk) que obtuvo un total de 44 escaños.

En palabras simples, lo que esto significa es que los partidos de la guerra han sufrido una aplastante derrota electoral.

Uno podría ser disculpado de pensar que esta es una noticia fantástica para Zelenskii, pero en realidad es exactamente lo contrario: este resultado electoral crea una situación extremadamente peligrosa para él.

¿Por qué el resultado de las elecciones es extremadamente peligroso para la Ucrania?

Lo primero que debemos recordar es que, si bien los neonazis sufrieron dos aplastantes derrotas consecutivas (en las elecciones presidenciales y en las elecciones parlamentarias), no han desaparecido mágicamente. Aquí está el hecho clave que nunca debemos olvidar:

La Ucrania ocupada por los nazis no es una democracia, sino una plutocracia combinada con una oclocracia.

En castellano sencillo, esto significa que la Ucrania está gobernada por oligarcas, turbas y escuadrones de la muerte.

Todo el Euromaidan no es más que el derrocamiento de una pandilla oligárquica por una combinación de otras pandillas oligárquicas que usaron turbas neonazis para tomar el poder. El hecho de que EEUU y la UE respaldaron este típico golpe neonazi realmente significa muy poco: Occidente siempre se ha puesto del lado de cualquiera y de todos los que están de alguna manera contra Rusia. Esto ha sido cierto desde la Edad Media y todavía lo es hoy (incluso diría que el ascenso de Hitler al poder fue otra operación de la Anglósfera para tratar de controlar el continente europeo y el hecho de que finalmente el golem nazi se volvió contra sus intencionados maestros, no cambia eso).

Los oligarcas todavía están allí, al igual que las turbas neonazis y los escuadrones de la muerte. Y eso crea un problema inmenso para Zelenskii: esta nuevo Parlamento bien podría representar las opiniones de la mayoría del pueblo ucraniano, pero el verdadero poder en el país no se concentra en absoluto en el Parlamento: está en las calles.

Legalmente hablando, Zelenskii tiene las herramientas para tomar medidas enérgicas contra los oligarcas y los neonazis, pero en términos prácticos no tiene nada. De acuerdo, tal vez no sea “nada”, pero cualquiera sea el poder que tenga se basa mucho más en el hecho de que cuenta con el respaldo del principal Uber-oligarca Kolomoiskii (a quien muchos consideran el verdadero “presidente” de Ucrania, siendo Zelenskii nada más que una marioneta). No solo eso, sino que Kolomoiskii tiene muchas cuentas pendientes que resolver con la pandilla de Poroshenko, y podemos estar bastante seguros de que querrá que sus enemigos paguen por lo que le hicieron bajo el régimen anterior.

Así que resumámoslo.

El pueblo de Ucrania desea desesperadamente la paz. Por el momento, el Paralamento refleja este hecho abrumadoramente importante. Digo “por el momento” porque lo que sucederá después es que las diversas fuerzas e individuos que actualmente apoyan a Zelenskii lo han hecho para ganar poder. Sin embargo, no tienen una plataforma ideológica común o incluso un programa común. Tan pronto como las cosas vayan hacia el sur (lo que inevitablemente sucederá), muchas (¿la mayoría?) de estas gentes se volverán contra Zelenskii y se pondrán del lado de quien pueda reunir a las mayores multitudes y provocar la mayor violencia.

En teoría, Zelenskii podría “hacer la de Putin” y aplastar a los oligarcas. Pero Zelenskii no es Putin, por decirlo suavemente. Además, la verdadera razón por la que los oligarcas ucranianos odian y temen a Rusia no se debe a un supuesto nacionalismo o imperialismo gran-ruso, sino porque quieren mantener a Ucrania en la misma condición disfuncional y muy rentable en la que se ha mantenido a este pobre país desde 1991. Cuando Putin llegó al poder y tomó medidas enérgicas contra los oligarcas rusos, los oligarcas ucranianos miraron en absoluto horror lo que estaba sucediendo en Rusia, y decidieron hacer lo que fuera necesario para evitar que eso suceda en Ucrania.

Hay un eslogan bien conocido en Ucrania “Путин прыйдэ – порядок навэдэ” que se puede traducir como “Putin vino y restableció el orden”. Esta es la principal pesadilla del oligarca Ukie. Resulta que también es la principal pesadilla del Imperio Anglosionista. De ahí la alianza aparentemente extraña entre anglos, sionistas y nazis: todos temen que Putin venga y restablezca el orden en Ucrania. Agregue a esto las alucinaciones de Hillary (“Putin quiere restaurar la URSS”) y Brzezinski (“Rusia necesita que Ucrania sea una superpotencia”) y tiene una explicación simple y completa de lo que hemos visto suceder en la Ucrania desde el Euromaidan.

Curiosamente, incluso hay indicadores de que Putin es muy popular entre la mayoría del pueblo ucraniano (ver aquí, aquí, aquí o aquí). Esto podría, en parte al menos, explicar por qué la campaña de Poroshenko se centró en el concepto de “yo o Putin” que, considerando la aplastante derrota sufrida por Poroshenko, podría sugerir que Putin fue el verdadero ganador de las últimas elecciones o, alternativamente, que la gente solo votó por Zelenskii como el candidato menos pro-guerra y más anti-Poroshenko: una especie de candidato anti-anti-Putin, al menos durante la campaña. Ahora que fue elegido, Zelenskii cambió casi instantáneamente a la misma retórica que hizo que Poroshenko fuera tan severamente derrotado. ¿Por qué?

Porque Zelenskiii teme que las turbas neonazis y los escuadrones de la muerte se desaten contra él en la primera oportunidad. De hecho, los neonazis ya han comenzado a prometer un nuevo Maidan (ver aquí o aquí).

Conclusión: Zelenskii tiene dos opciones, ambas muy peligrosas

La verdad es que Zelenskii tiene que elegir entre actuar según la voluntad del pueblo y enfrentar la ira de los neonazis o hacer la voluntad de los neonazis y enfrentar la ira del pueblo: ¡tertium non datur!

Y si eso no fue lo suficientemente malo, hay otro factor que lo pone aún más feo para Zelenskii: nadie puede ayudarlo significativamente.

La experiencia ya ha demostrado que los anglosionistas tienen muchas promesas y poca acción real. De hecho, podemos estar bastante seguros de que, además de eslóganes antirrusos vacíos, Occidente tiene muy poco que ofrecer a Ucrania. Y, francamente, los EEUU y la UE tienen suficientes problemas muy reales con los que lidiar para seguir desperdiciando tiempo, energía y dinero en lo que Trump sin duda llamaría (en privado) un “pozo de mierda”, pasando por alto el hecho innegable de que Ucrania no es más que un pozo de mierda debido a los inmensos recursos gastados por el Imperio para convertirlo, antes que nada, en un pozo de mierda (en la época soviética, Ucrania era la república soviética más rica y próspera).

En teoría, Rusia podría ayudar, por supuesto. Pero podemos estar seguros de que los neonazis convocarán de inmediato a un nuevo Maidan si Zelenskii hace propuestas significativas a Rusia. Sus alaridos indignados serán decididamente apoyados por un “coro” completo de políticos occidentales no menos horrorizados.

En este momento, Zelenskii versea el mismo verso de Poroshenko, Timoshenko y el resto de los fanáticos nazis. Pero debe darse cuenta de que si también camina el camino, terminará tan universalmente odiado como lo es Poroshenko ahora. Entonces, ¿qué es lo que puede hacer?

Ucrania necesita desesperadamente mejores relaciones con Rusia, pero eso es imposible mientras haya una guerra en el Donbass. Además, hay una pregunta que ahora todos los políticos rusos y ucranianos deben responder: ¿De quién es Crimea? Esta es casi la pregunta más polarizante en este momento, y una que obliga a cada persona a elegir entre el Imperio (principal patrocinador de la respuesta “Crimea pertenece a Ucrania para siempre”) y la Rusia de Putin (en la que todos los políticos, excepto los liberales más terminalmente estúpidos, responden “Crimea pertenece a Rusia para siempre”).

Hasta ahora, Zelenskii aparentemente ha decidido que hablar es todo lo que va a hacer, simplemente porque sus triunfalistas victorias electorales lo han llevado a la mitad de un inmenso campo minado, y cualquier paso que tome a partir de ahora podría costarle mucho. En este momento, a corto plazo, las turbas neonazis representan un peligro mucho mayor para Zelenskii que el pueblo (desorganizado, desmoralizado y, en general, apático). Pero esto cambiará inevitablemente a medida que la situación económica y política empeore.

La cruel realidad es que la ocupación nazi de Ucrania ha convertido al país en un estado fallido prototípico y que no hay signos, de ningún tipo, que indiquen que las cosas podrían mejorar, incluso marginalmente, en el futuro previsible. Personalmente, me inclino a pensar que, para empezar, el resultado “menos malo” para este país completamente artificial sería dividirse en varias partes diferentes, quizás unidas por algún tipo de confederación muy flexible, posiblemente unida por una declaración común de neutralidad. Eso no solo resolvería el problema de la artificialidad de la Ucrania, sino que también facilitaría (incluso políticamente) a los actores externos (EEUU, UE, Rusia, Naciones Unidas, OSCE, EEU, SCO, etc.) a ayudar a esos estados sucesores que se formarán como consecuencia de la ruptura del actual monolito.

Por el momento, Zelenskii parece estar listo para repetir algunos de los peores errores de Poroshenko: la última noticia es que los Ukies ahora se han apoderado de un petrolero ruso. Esta es una decisión de verdad fantásticamente estúpida, ya que ya sabemos lo que Rusia hará en represalia: “inspeccionar” (a veces durante muchas horas) los barcos ucranianos, causando enormes pérdidas financieras a los propietarios de estos barcos. Si Zelenskii ordenó esta operación (o, al menos, la autorizó) o no es irrelevante. Si lo hizo -entonces es tan estúpido y despistado como Poroshenko. Si no lo hizo -entonces no tiene el control. De cualquier manera, eso es solo más problemas para Zelenskii en el ya menos que impresionante debut como presidente.

El Saker

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