COVID-19: China Sembrada de Nuevo con
Por Larry Romanoff
22 de junio de 2020
Desde la fecha del brote inicial en Wuhan, observé cuidadosamente a diario la dispersión y la progresión del coronavirus en China y luego en el extranjero, reuniendo todos los datos disponibles en cada lugar. A finales de mayo de 2020, China estuvo libre de infección durante muchas semanas, y la preocupación se centró en la identificación y la cuarentena de los casos importados. Al mismo tiempo, los EE.UU. se convirtieron una vez más en “el líder del mundo”, esta vez en infecciones y en muertes por el virus, produciendo diariamente de 20.000 a 30.000 nuevos casos y alrededor de 1.000 muertes.
En ese momento, la hostilidad americana hacia el éxito de China en detener el virus era palpable, con muchos artículos desagradables en los medios de comunicación y acusaciones de la Casa Blanca sobre las falsas estadísticas de China y culpando a China de “propagar el virus” en los EE.UU.. La CNN afirmó: “Los medios de comunicación estatales chinos han promocionado repetidamente las medidas efectivas de China para contener el virus mientras que el número de infecciones y de muertes aumentaba en el extranjero, contrastando su éxito con los fracasos de los gobiernos occidentales, especialmente el de los Estados Unidos”.(1) Claramente hubo mucha sorpresa y amargura por el éxito de China y el fracaso de los Estados Unidos, esto recubierto de una pegajosa capa de resentimiento basado en parte en una justificada sospecha de que los chinos no estaban demasiado afligidos por el hecho de que los americanos disfrutaran de los frutos de su propio trabajo.
Pero incluso entonces tuve la sensación de una aparición, de una versión del “fantasma del pasado de los coronavirus” de Dickens, acompañada de un sentimiento incómodo de que los americanos estaban lo bastante angustiados (y agresivos) como para negarles a los chinos su victoria aparentemente fácil. Mi temor era que los americanos trataran de resembrar en China como lo hicieron en Rusia, y parece que mis temores no estaban injustificados. El nuevo virus que estalló en el mercado de Xinfadi en Pekín era una cepa diferente de las que existían anteriormente en China, una que sólo existía en los EE.UU. y Europa, y que sólo podía haber sido traída desde el exterior. Y una vez más en un mercado de mariscos sin un paciente cero identificable, sin una clara epidemiología (fuente y distribución) de un virus que no existía en China. Casi que tuvo que ser sembrado deliberadamente, las probabilidades en contra eran infinitamente pequeñas.
En cuanto a lo que yo llamo COVID-20 (para diferenciarlo del brote inicial), China puede haber tenido la suerte de detectar y acorralar este nuevo patógeno antes de que pudiera propagarse. El brote se expandió a otras tres provincias, pero en cifras de un solo dígito, y las autoridades médicas han tomado medidas extremas para evitar que se siga propagando, ya que esta variedad -que nuevamente no existía en China y tuvo que ser sembrada desde otro país- parece ser mucho más contagiosa que el COVID-19 original. (2) En respuesta, Beijing ha cerrado todo y ha enviado a un grupo de expertos para dirigir la lucha contra esta nueva epidemia potencial, hasta ahora con buen éxito. Se han iniciado pruebas de ácido nucleico a escala masiva, ya se han hecho pruebas a muchos millones de personas, y todos los que han estado en contacto con el mercado de Xinfadi están en cuarentena. Muchos complejos residenciales de la ciudad prohíben estrictamente la entrada o salida de cualquier persona, y a los residentes se les verifica la temperatura y se les informa diariamente, y se les reparten los alimentos y las necesidades diarias. (3)
Antes de este nuevo brote, Beijing había estado libre de virus durante casi 60 días, lo que significa que no había virus locales y que este nuevo patógeno era definitivamente una importación (o una exportación americana). El 19 de junio, los expertos de la CDC de China, tras intensas investigaciones del mercado de Xinfadi, anunciaron lo que denominaron “un descubrimiento innovador en el rastreo de virus”, que fue que la cepa del nuevo virus de Beijing era la misma que la de gran parte de Europa, pero mucho más antigua que las de Europa y “había existido durante bastante tiempo”, y eso sólo puede significar que procedía de los EE.UU., porque esa fue la fuente de todas las variedades originales desde hace muchos meses. (4)
Los investigadores dijeron que habían obtenido tantas muestras positivas que todo el mercado estaba “gravemente contaminado por el virus”, pero también que nadie debía llegar a la conclusión de que el mercado era el origen por el mero hecho de que el brote se produjera allí. Más importante aún, también dijeron que “el brote de Beijing nos da la oportunidad de reexaminar nuestra anterior especulación de que el virus se originó en la vida silvestre”, porque a diferencia de Wuhan, “la posibilidad de que la vida silvestre cause el último brote de Beijing es escasa”. Su conclusión fue que “un individuo infectado o un objeto contaminado con el virus entró en el mercado de pescados, y el mercado sólo le dio un entorno para multiplicarse”. (3) Las autoridades ya han producido la secuencia del genoma y ahora están estableciendo cuándo y cómo es probable que el virus fuera importado a China, y cuál es la duración de la cadena de transmisión. No hay duda de que este patógeno fue introducido en China “por personas”, la cuestión es la identidad de esas personas y su propósito. (5) Y qué mejor manera de “dar una lección a esos chinos engreídos” y tratar de descarrilar la rápida recuperación económica de China.
Rusia Re-sembrada
Hay algo igualmente extraño sobre el virus en Rusia. Durante mucho tiempo, Rusia tuvo sólo unas pocas infecciones, aumentando constantemente en sólo cinco o diez por día, luego de repente explotó, aumentando en 5.000, luego 10.000 y 20.000 por día. Los brotes de un virus no se manifiestan normalmente de esa manera. El proceso normal en un brote es una rápida aceleración del número de infecciones hasta que llega a su punto máximo, como ocurrió con todos los demás países. Pero en Rusia, las infecciones fueron menores durante mucho tiempo, constantes en números muy bajos, con todos los indicios de una epidemia sin éxito, y el gobierno ruso tomó medidas estrictas para controlar la propagación. El gobierno de los EE.UU. estaba claramente resentido por el fracaso del virus para devastar Rusia, y los medios de comunicación de EE.UU. lamentaban el hecho de que la tasa de mortalidad de Rusia fuera tan baja. Me interesaría mucho ver las secuencias del genoma de las primeras infecciones en enero y febrero, y de las que ocurrieron en abril y mayo. No tengo ninguna prueba definitiva, pero estoy seguro de que Rusia, como China, fue sembrada de nuevo con otra variedad en un segundo intento.
Distribución del Virus
Pero para volver a nuestro punto principal, no es necesario que determinemos el origen físico del virus. Sabemos que el virus se originó en los murciélagos, eso está confirmado, pero la cuestión más importante es la epidemiología, en particular la incidencia y la distribución. En primer lugar, para China y para la mayoría de las demás naciones infectadas originalmente, había tantas fuentes múltiples y simultáneas que localizar a un paciente cero era una tarea desesperada. Los brotes de virus, dejados a su propia suerte, no se comportan de esa manera, sino que comienzan con una persona en una situación muy localizada y se propagan desde ese punto. Igual de angustioso es que tenemos las “dos olas” verdaderamente sin precedentes en infecciones mundiales. Para ello, repasemos mis observaciones de un artículo anterior(6)y echemos un vistazo rápido a esas dos olas de infecciones que dieron la vuelta al mundo.
La Primera Ola infectó simultáneamente a 25 naciones en pocos días, centrada en el 25 de enero. Un mes más tarde, la Segunda Ola infectó simultáneamente a 85 naciones en pocos días, centrada en el 25 de febrero. Un virus natural no tiene la capacidad de infectar simultáneamente (en tres días) a 85 países diferentes de todos los continentes del mundo. Lo más peculiar es que estos países no estaban todos infectados con la misma variedad del virus, y que la mayoría informó de brotes simultáneos en múltiples lugares. Considerando la información anterior a la luz de los fundamentos de la transmisión del virus, la única teoría que encaja con todos los hechos conocidos es que estas olas fueron el resultado de que muchas personas salieron de Fort Detrick el mismo día portando un cubo de diferentes virus vivos, porque esas múltiples variedades sólo existían en los Estados Unidos en ese momento. No podría haber sido el resultado de un viaje en avión, porque en ese momento se habría dispersado. Cuando 85 países experimentan un brote de virus prácticamente el mismo día, esto sólo puede ocurrir con ayuda humana. Los americanos se han negado firmemente a abordar este punto.
Los expertos en armas biológicas coinciden unánimemente en que las erupciones en una población humana de un patógeno nuevo e inusual en múltiples lugares simultáneamente, sin una idea clara de la fuente y con casos sin vínculos probados, es prácticamente una prueba prima facie de ser un patógeno liberado deliberadamente, ya que los brotes naturales casi siempre pueden resolverse en un solo lugar y con un paciente cero. Pero con el COVID-19 (o COVID-20), ni un solo país de los 200 ha sido capaz de hacerlo.
Hay que señalar con firmeza que esta nueva infección de Beijing no es una “segunda ola” como la llaman los medios de comunicación occidentales. Se trata de una infección completamente nueva y diferente por un nuevo virus y totalmente ajena a cualquier cosa anterior, una cepa de un virus nuevo y diferente que fue llevada deliberadamente a Beijing y filtrada en el Mercado de Xinfadi. Esta infección no está relacionada con el COVID-19, sino que es la siembra de otro patógeno biológico en China, lo que hace que ya haya siete ataques biológicos diferentes en China en dos años. Y China ha sufrido otros similares. Uno de los más notables fue el virus H1N1, que causó la pandemia de gripe de 1918 y que estuvo extinto durante décadas, pero que apareció repentinamente en 1977 tanto en China como en Rusia, causando una pandemia mundial que provocó que los americanos afirmasen inmediatamente que “se escapó de un laboratorio chino”. Pero la única explicación sensata es que el virus H1N1 “se les escapó” a los americanos, porque hubo informes persistentes de que el ejército de los Estados Unidos había encontrado o guardado muestras del virus original de la “gripe española” y estaba intentando reactivarlo. Nunca hubo ni una pizca de evidencia de que China o Rusia tuvieran algo que ver con eso, y ambos fueron cogidos completamente por sorpresa.
En mi opinión, el mundo debe dejar de fingir que el COVID-19 fue un accidente de la naturaleza. Considere la reciente experiencia de China. Además del SARS, que indiscutiblemente fue provocado por el hombre, China ha sufrido repetidas pandemias virales en los últimos dos años. El 15 de febrero de 2018: Gripe aviar H7N4. Junio de 2018: Gripe aviar H7N9. Agosto de 2018: brote de gripe porcina africana. 24 de mayo de 2019: infestación masiva de lombrices. Diciembre de 2019: COVID-19. Enero de 2020: Una cepa “altamente patógena” de gripe aviar. Junio de 2020: China es golpeada con el COVID-20. ¿Debemos decirnos a nosotros mismos que fue simplemente una racha de mala suerte el que China fuera la única nación del mundo que fuese golpeada repetidamente con tantos patógenos biológicos diferentes en tan poco tiempo? ¿Y simplemente más “mala suerte” que China se convirtiera en el único país del mundo que estaba libre de virus a nivel nacional y que de repente fuera golpeada de nuevo por una cepa extranjera en otro mercado de pescados? Esta suposición es demasiado ridícula como para molestarse en refutarla.
Es lamentable que gran parte de nuestra información actual nos llegue por una recepción pasiva a través de los medios de comunicación, porque uno de sus resultados es la pérdida de nuestra capacidad de examinar la información de forma crítica y utilizar nuestra mente para evaluar lo que se nos presenta. Por ejemplo, fue muy inteligente por parte de los americanos utilizar un mercado de pescados como punto de distribución de un virus, y por parte de los medios de comunicación dar a este punto un tiempo masivo de emisión, porque instintivamente asociamos tales mercados con al menos la posibilidad de gérmenes y bacterias, y así aceptamos pasivamente las afirmaciones como verdaderas sin las pruebas necesarias y evitamos utilizar nuestros cerebros como se debería. Nuestra valoración de los mercados de pescados como insalubres puede ser correcta, pero los gérmenes y las bacterias comunes son una cosa muy diferente de un coronavirus que tiene su hogar en los murciélagos y no tiene por qué estar en un mercado de verduras. Para nuestros propósitos no es importante decidir si el COVID-19 fue creado en un laboratorio; lo importante es que un coronavirus no tiene medios de transporte desde las cuevas de murciélagos en Sichuan hasta un mercado en Wuhan, ni la capacidad de mutar de tal manera que sea fuertemente contagioso para los humanos, y mucho menos tiene la inteligencia consciente para elegir el mayor centro de transporte de pasajeros de China como punto de distribución, y la víspera del Año Nuevo chino como el mejor momento para atacar. Para esto, el coronavirus requería de una “mano negra” que lo ayudara.
La Soga se Cierra sobre los EE.UU.
Casi a diario aumenta el volumen de pruebas de que el COVID-19 circulaba por los EE.UU. mucho antes de lo admitido, y sirve como prueba incriminatoria de que la prohibición deliberada (y amenazadora) de las pruebas por parte del CDC fue para enterrar estas pruebas. El ejemplo más reciente son los titulares de los medios de comunicación de EE.UU. del 21 de junio de 2020, que dicen: “Más de 40 misteriosas muertes respiratorias en California podrían reescribir dramáticamente la versión del COVID-19” en los EE.UU. (7) El LA Times informó sobre “un grupo de misteriosas muertes respiratorias” a partir de diciembre de 2019. El sitio web de noticias locales www.bakersfield.com declaró que esto significaba que el COVID-19 estaba circulando por California “mucho antes de lo que sabíamos”. Y no olvidemos demasiado rápido que unos turistas japoneses fueron infectados en Hawaii en septiembre de 2019.
Y el 20 de junio de 2020, el Instituto Nacional de Salud de Italia (ISS) reveló que habían descubierto que el COVID-19 estaba presente en muestras de agua que databan de mediados de diciembre de 2019. Los resultados fueron confirmados por dos laboratorios separados que utilizaron dos métodos de prueba completamente diferentes, y también mostraron que las aguas residuales ambientales de Milán, Turín y Bolonia arrojaron rastros positivos del virus que databan de diciembre, si no antes. Aparentemente, el ARN del COVID-19 no se disuelve ni se desintegra fácilmente en el agua, y las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa permiten a los científicos identificar el ARN después de muchos meses.(8) (9)
Y no fue sólo en Italia. Investigadores holandeses encontraron ARN del COVID-19 en una planta de aguas residuales en la ciudad holandesa de Amersfoort, en Utrecht. Científicos franceses detectaron “altas concentraciones” de ARN del COVID-19 en muestras de aguas residuales del gran París, que se obtuvieron antes de que París registrara por primera vez cualquier muerte. Sputnik News informó en mayo de que un hospital de París confirmó que había tratado a Amirouche Hammar, el primer paciente de COVID-19 del país, el 27 de diciembre de 2019, un mes antes de que Francia anunciara por primera vez las infecciones y cuatro días antes de que la oficina de la OMS en China fuera informada de una “neumonía de etiología desconocida” el 31 de diciembre. (10)
El Irish Mirror informó el 19 de junio de que “muchos países están comenzando a utilizar muestras de aguas residuales para rastrear la propagación de la enfermedad”, y los científicos afirmaron que estas detecciones eran “coherentes con las pruebas que estaban surgiendo en otros países” de que el COVID-19 estaba circulando por el mundo mucho antes de que China informara de sus primeros casos, todos los cuales tendrían que haberse originado necesariamente en los EE.UU. y transportado por todo el mundo. Ahora está empezando a parecer que muchos países fueron sembrados aproximadamente al mismo tiempo, tal vez en sus sistemas de distribución de agua. Tras estos descubrimientos, la ISS dijo a Reuters que pretende lanzar un nuevo estudio sobre las aguas residuales de los centros turísticos italianos. Sospecho que otras naciones le seguirán.
Y parece que NYT, WSJ, WP, CNN, ABC, NBC, National Post, y Globe & Mail, no tienen conocimiento de esto. Los chinos y los europeos lo saben, pero los americanos y los canadienses no lo saben, porque los dueños de sus principales periódicos y cadenas de televisión no quieren que lo sepan.
Una Breve Actualización
Si se mira el gráfico (cortesía de CNN) se puede ver el patrón de infección europeo (en rosa) y el americano (en verde). Los europeos siguieron los protocolos de China en distintos grados, y por lo tanto con distintos grados de éxito. Las infecciones de Europa alcanzaron un pico de alrededor de 30.000 por día y luego descendieron a alrededor de 2.000 hacia fines de junio, mientras que los americanos, encabezados por un hombre que es la prueba viviente de que la democracia es la peor forma de gobierno posible, vieron que sus infecciones alcanzaron el mismo nivel, disminuyeron levemente y luego volvieron a 30.000 infecciones y alrededor de 1.000 muertes por día, donde permanecerán hasta que el virus se propague por toda la población. Veintiséis estados ya están experimentando picos dramáticos alcanzando nuevos récords cada día, así que Trump ordenó al CDC que “dejara de hacer pruebas” porque le hace quedar mal.
El siguiente gráfico es una lista de las diez naciones con más infecciones de COVID-19. Lo que falta en este cuadro es una comparación que quiero hacer sobre el liderazgo y la competencia, por no hablar de la inteligencia. Shanghai es una ciudad a sólo dos horas de Wuhan, y cuando las infecciones explotaron no tuvo ningún aviso y casi ningún tiempo para prepararse, pero actuó tan rápidamente y con tanta decisión que la ciudad sólo tuvo 26 infecciones y 7 muertes. Falta en el gráfico Canadá, con una población muy similar a la de Shanghai y que, con meses de planificación y preparación, tuvo 101.000 infecciones y 8.400 muertes. El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, también es una prueba viviente de los grandes fallos de la democracia.
Los americanos eligieron a un bufón patético que vive en el espacio exterior, mientras que los canadienses eligieron a un niño acosado, tan dolorosamente poco inteligente e indeciso que su esposa tendría que decirle que llamara a los bomberos si su casa se quemara. Incluiría aquí a los brasileños que, con la excesiva ayuda de los americanos, eligieron a un sociópata arrogante que dijo su famosa frase: “No es mi culpa”. ¿Qué quiere que haga al respecto?”
En estos tres países los resultados de la pandemia con esa falta de líderes son los mismos, y es probable que las infecciones y las muertes aumenten por lo menos hasta final de año. China, con una población de más de 1.400 millones de personas, tuvo alrededor de 80.000 infecciones y poco más de 4.000 muertes, y detuvo el contagio del virus en unos tres meses. Pero según el NYT, el WSJ, el WP y el tremendamente obsesivo National Post de Canadá, los países “capitalistas de libre mercado” son la primera opción de Dios, mientras que la China “socialista autoritaria” debería incurrir en más sanciones por todos sus errores.
Notas:
(1) https://edition.cnn.com/2020/06/15/asia/coronavirus-beijing-outbreak-intl-hnk/index.html
(2) https://www.globaltimes.cn/content/1191598.shtml
(3) https://www.cnn.com/2020/06/15/asia/coronavirus-beijing-outbreak-intl-hnk/index.html
(4) https://www.globaltimes.cn/content/1192146.shtml
(5) http://www.chinadaily.com.cn/a/202006/15/WS5ee6b33da310834817252ec9.html
(6) COVID-19 – Dos grandes “olas” de infección global; https://www.moonofshanghai.com/2020/05/covid-19-two-major-waves-of-global.html
(7) https://www.globaltimes.cn/content/1192389.shtml
(8) https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-italy-sewage-idUSKBN23Q1J9
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Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado puestos ejecutivos de alto nivel en empresas de consultoría internacionales y ha sido propietario de un negocio de importación y exportación internacional. Ha sido profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando casos de estudio en asuntos internacionales a las clases superiores del EMBA. El Sr. Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez libros relacionados generalmente con China y Occidente. Se puede contactar con él en 2186604556@qq.com. Es un colaborador frecuente de Global Research.
Copyright © Larry Romanoff, Moon of Shanghai, 2020
Traducción: PEC
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